Las vallas peatonales están fabricadas en acero galvanizado, material con gran resistencia. Uno de sus pies tiene forma de T invertida, lo que ofrece gran sujeción, y el otro es un tubo que puede entrar en un pie de hormigón para un soporte extra.
Así mismo, se le pueden añadir señales luminosas para reforzar su visibilidad, o placas identificativas.